Formar a los equipos sin partir de las habilidades que realmente necesitan puede traducirse en una mala inversión de recursos y en una pérdida de motivación para quienes no ven utilidad en lo que aprenden. La formación basada en habilidades, o skill based training, nace para evitar este desajuste y conectar el aprendizaje con las necesidades reales del negocio.
¿Qué es el skill based training o formación basada en habilidades?
El skill based training es un modelo de formación centrado en el desarrollo de competencias específicas, no en títulos, cargos o itinerarios cerrados. Parte de una premisa clara: cada persona necesita adquirir habilidades útiles para desempeñar mejor su trabajo o nuevas competencias, no acumular formaciones que no se traducen en resultados.
A diferencia de los planes genéricos, este enfoque permite construir programas adaptados a los objetivos de cada organización y al nivel de cada profesional. El foco está en que el aprendizaje sea aplicable, medible y útil desde el primer momento.
Ejemplos de formación basada en habilidades
Algunos de los casos más habituales donde se aplica con éxito este modelo son:
- Herramientas digitales: desde formaciones en Excel avanzado hasta automatización de procesos o análisis de datos con Power BI o Google Looker Studio.
- Soft skills: habilidades como la comunicación efectiva, el liderazgo en remoto o la gestión de conflictos.
- Habilidades comerciales: técnicas de venta consultiva, negociación o uso de CRM adaptado al ciclo de cliente.
- Gestión del cambio: formación práctica en metodologías ágiles, pensamiento crítico o toma de decisiones en contextos inciertos.
¿Cuáles son las características del skill based training?
- Evaluación basada en competencias reales. En lugar de centrarse en pruebas teóricas, se mide la capacidad para aplicar lo aprendido en situaciones reales de trabajo. Se puede evaluar a través de simulaciones, proyectos prácticos o la resolución de casos concretos relacionados con el puesto.
- Personalización según perfil, nivel y retos del puesto. La formación se diseña teniendo en cuenta el punto de partida y los objetivos de cada persona. Esto evita duplicidades formativas y hace que cada hora invertida tenga sentido.
- Orientación al desempeño. El objetivo del skill based training no es solo aprender, sino mejorar cómo se trabaja. Cada contenido se diseña en función de lo que la persona necesita hacer mejor en su puesto, ya sea resolver problemas, tomar decisiones más ágiles o manejar herramientas con mayor soltura.
- Enfoque práctico y adaptado al contexto laboral. La formación se diseña a partir de los retos reales que enfrentan los equipos en su día a día. No se trata solo de adquirir conocimientos, sino de mejorar el desempeño en situaciones concretas del puesto: resolver incidencias, liderar reuniones, manejar herramientas o tomar decisiones con más criterio.
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